Pentecostés

Juntos a solas: La paradoja de Pentecostés del 2020

Foto de David Ferreira, Unsplash.
Foto de David Ferreira, Unsplash.

La historia de Pentecostés comienza con una frase que en años anteriores fue fácilmente pasada por alto: "Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos." (Hechos 2:1 RVR1995). Después de semanas de separación debido a órdenes de permanecer en casa, distanciamiento social y cuarentena, esas siete palabras, " estaban todos unánimes juntos", tienen un nuevo significado.

Aunque la idea de estar juntos para celebrar el culto de Pentecostés el 31 de mayo de 2020, suena bien, para muchos de nosotros será imposible. Tendremos que conformarnos con celebrarlo en línea, usando Zoom, Facebook, YouTube o alguna otra opción remota como lo que hemos hecho desde marzo.

No veremos el color rojo de liturgia en persona, no escucharemos a los niños cantar el "Feliz Cumpleaños" para los cumpleañeros del mes, ni veremos a nuestros amigos vestidos de rojo por el día. En vez, adoraremos desde casa, anhelando el día en que se reanude el culto en persona y podamos volver a estar juntos en un mismo lugar.

El Pentecostés de 2020 nos recuerda que el Espíritu Santo, que nos une, está presente con nosotros mientras permanecemos separados.

Superando las barreras

En Hechos 2, leemos la historia de Pentecostés. Con la llegada de un viento intenso y llamas de fuego individuales (la razón de todo el rojo), el Espíritu Santo viene sobre los discípulos de una manera poderosa. Ellos entonces "comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran" (vs. 4).

Las barreras lingüísticas entre los discípulos y los que se reunieron de todo el mundo para celebrar Shavuot, un festival de la cosecha también conocido como Pentecostés, son superadas por el poder del Espíritu Santo. Cada persona escucha a los discípulos hablar en su lengua materna.

Cuando los discípulos compartían el evangelio, la gente respondía y aceptaba ser seguidores de Cristo. "y se añadieron aquel día como tres mil personas", nos dice la Biblia. Pasaron de ser un grupo pequeño a una megaiglesia en un momento.

Al final de la historia, el poder del Espíritu Santo para unir a la gente es evidente. La "comunidad de creyentes" adoraba, oraba, estudiaba y comía junta. Los Metodistas Unidos se pierden todas esas cosas durante estos días de distanciamiento social.

Juntos a solas

La paradoja de Pentecostés 2020 es que estamos renunciando a nuestro tiempo juntos porque reconocemos nuestra conexión. Sí, estamos separados. Pero debido a la presencia del Espíritu Santo, no estamos solos. Pentecostés nos recuerda nuestra conexión con Dios y con los demás.

Hechos 2:47 nos dice que la primera iglesia estaba "alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo". El culto en línea y el distanciamiento social son algunas de las formas en que seguimos su ejemplo hoy en día.

Pentecostés 2020 nos recuerda lo bueno que es cuando estamos "todos unánimes juntos". También destaca que incluso cuando no es posible estar juntos, el Espíritu Santo supera las barreras como el idioma y el distanciamiento social para conectarnos los unos con los otros.

Mientras estamos separados, seguimos siendo la iglesia el uno para el otro, porque el Espíritu Santo está con nosotros dondequiera que estemos.


*Joe Iovino trabaja para umc.org de Comunicaciones Metodistas Unidas. Lo puede contactar al [email protected].
Este artículo fue publicado por primera vez en inglés el 21 de mayo del 2020.

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